miércoles, 30 de noviembre de 2016

LA SUERTE ABANDONÓ A LOS GUARDIANES DEL ARCO DE CHAPECOENSE:

La suerte abandonó a los guardianes del arco de Chapecoense:

Padilha y Folmann resistieron el impacto, pero uno murió y el otro perdió su pierna derecha:




Los dos arqueros del equipo brasileño Chapecoense sobrevivieron al trágico impacto de la aeronave que los llevaba al aeropuerto de Rionegro (Antioquia), con la ilusión de jugar la final de la Copa Suramericana frente a Atlético Nacional, pero sus destinos tuvieron dos desenlaces diferentes.
Danilo Padilha, el arquero titular, fue hallado con vida entre las latas de la aeronave a las 3 de la madrugada por un grupo de socorristas, quienes intentaron sacarlo del lugar hacia la carretera por un camino destapado. Sin embargo, cuando el jugador estaba siendo trasladado hacia la ambulancia falleció por la gravedad de sus heridas sin poder recibir atención especializada.

Al mismo tiempo, otro grupo de socorro halló a Jackson Follmann, el segundo arquero, quien sobrevivió el viaje en camilla a la carretera y de allí fue trasladado en una ambulancia al hospital San Vicente Fundación, donde los médicos tuvieron que amputarle en la mañana su pierna derecha y anoche se encontraba en la unidad de cuidados intensivos de este centro médico. (En fotos: la tragedia en Antioquia que enluta el mundo del fútbol)
Un héroe
El tiempo marcaba el minuto 94 y San Lorenzo contaba con la última jugada del partido. Debía anotarle un gol a Chapecoense para clasificar a la final de la Copa Suramericana. Un tiro libre peligroso cobrado por Martín Cauteruccio dejó el balón en un embrollo en el área brasileña, Marcos Angeleri cazó el rebote e impactó de una vez.
Al arquero Danilo fue al único que no le temblaron las piernas en un momento de nerviosismo total y salvó a su equipo en el último minuto con una parada de reflejos, sacando un pie que citó a su conjunto con la historia.Era la figura, el héroe que consiguió lo imposible, esa punta de lanza con la que los aficionados se ilusionaban con ganar el título continental. Esa inmortalizada estrella ya no brillará en las canchas sino en el cielo de la ciudad de Chapeco. (También: La historia de Chapecoense, un club chico que cae en tragedia)
Fue con esa atajada como el jugador brasileño se había convertido en la máxima figura de un elenco humilde que soñaba en grande. Durante toda la Copa Suramericana había aparecido para salvar en más de una oportunidad su pórtico y llevar a Chapecoense a su primera final en un torneo internacional y soñar, por qué no, con la corona.
“Llegar a la final es una sensación inexplicable. Sabíamos que iba a ser difícil, pero dimos lo máximo para conseguir esta clasificación histórica”, afirmó Danilo el día que consiguieron su tiquete a la final.
Con 31 años de edad, comenzó su carrera en Chapecoense desde el 2013, temporada en la que tapó muy poco. De ahí en adelante se convirtió en el dueño del arco y sus atajadas fueron llevando a su amado equipo a figurar en lo más alto del fútbol brasileño.
Suplente de lujo
Con tan solo 24 años de edad, Follmann era el segundo dueño del arco de Chapecoense, su corta experiencia, pero gran trabajo lo había situado como un arquero de élite.
El pasado fin de semana jugó su último partido con el equipo brasileño frente a Palmeiras y llegaba a esta final con la ilusión de ayudar a su equipo a ganar el título. (Lea también: El milagro de la tragedia aérea: los sobrevivientes de Chapecoense)
La vida le dio una oportunidad, pero ahora deberá enfrentar otra clase de partido.
DEPORTES

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