Las 4 verdades de la Corte sobre Maza y el magnicidio de Galán:
La condena de 30 años a Maza Márquez por el magnicidio es el ocaso de un símbolo.
“Se pudo establecer fehacientemente que los miembros del DAS tomaron todas la medidas que el caso requería para asegurar el normal desarrollo del evento (en Soacha) y proteger la vida del candidato”.
Eso es lo que dice el documento con el que el 11 de octubre de 1989, menos de dos meses después del asesinato de Luis Carlos Galán Sarmiento, el general Miguel Alfredo Maza Márquez cerró la investigación interna contra Jacobo Alfonso Torregrosa Melo. Así se llamaba el oscuro expolicía a quien, sorprendentemente, el director del DAS le dio la misión de proteger a Galán, que para esa época era el hombre más amenazado de Colombia por su frontal cruzada contra el poder de los narcos.
A 27 años, dos meses y seis días del mayor magnicidio cometido por el narcoterrorismo, las conclusiones de la Corte Suprema, que le impuso a Maza Márquez 30 años de condena por ese crimen, no podían ser más diferentes: “La conducta de Jacobo Alfonso Torregrosa no puede considerarse negligente, sino claramente dirigida a desproteger al candidato para que fuera fácil blanco de sus enemigos (...). Por tanto, no se trató de una falta de idoneidad de Torregrosa Melo, sino de su evidente compromiso con el plan criminal y cuyo éxito Miguel Maza Márquez quiso asegurar poniendo al frente de la protección del objetivo a una persona de su plena confianza comprometida con el resultado” (la muerte de Luis Carlos Galán).
En uno de los giros más dramáticos de la historia del país, Maza, el general que los colombianos se acostumbraron a ver como el archienemigo de Pablo Escobar, termina condenado por uno de los peores crímenes del capo. Escobar ordenó cinco atentados contra Maza –incluido el del bus bomba que mató a 52 personas y destruyó la sede del DAS en Bogotá–, pero ese odio, según la Corte, no impidió una conjura criminal en la que el DAS jugó un papel clave: facilitar la acción de los sicarios.
Torregrosa, que salió del DAS por la puerta de atrás meses después del crimen, era, según el fallo, conocido de Eduardo Rueda Rocha, el sicario que mató a Galán. En las semanas que estuvo como jefe de seguridad del candidato removió a los escoltas de mayor confianza; y el 18 de agosto de 1989, día del crimen, llevó, contra toda lógica, al candidato a una plaza pública donde, como en efecto pasó, estaría a merced de los asesinos.
En 267 páginas, la Corte Suprema hizo una reconstrucción del magnicidio y encontró cuatro grandes razones para imponerle a Maza Márquez la condena más alta en el caso: el debilitamiento de la escolta de Galán; la cercanía del Director del DAS con Henry de Jesús Pérez, jefe paramilitar del Magdalena Medio que puso los sicarios (que Maza niega tajantemente); el conocimiento que el general tuvo del inminente ataque contra Galán y, además, la clara desviación de la investigación. Los otros dos condenados son el exsenador Alberto Santofimio Botero (24 años) y Jhon Jairo Velásquez Vásquez, ‘Popeye’, el jefe de sicarios de Pablo Escobar.
Según los magistrados, “la orden de ultimar a Luis Carlos Galán Sarmiento provino de Pablo Emilio Escobar Gaviria, por lo que tras frustrarse un primer atentado en la ciudad de Medellín se realizaron varias reuniones para planear otro (...). En una de ellas, con la asistencia de Escobar Gaviria y Gonzalo Rodríguez Gacha (el ‘Mexicano’), se decidió que este último fuera el encargado de la ejecución material del homicidio”.
Y agrega la sentencia que el ‘Mexicano’, “aprovechando que era el principal financiador de las autodefensas del Magdalena Medio, comandadas por Henry Pérez Durán, le encomendó a este esa misión, gracias a la logística delincuencial que poseía”.
Esa logística incluía una estrecha relación con el DAS y, según el fallo, con el propio Maza Márquez.
El general, que tiene 79 años, le dijo a EL TIEMPO que acudirá a instancias internacionales para oponerse a lo que llamó “un fallo político”. “Jamás conocí al paramilitar Henry Pérez Durán. Los paramilitares del Magdalena Medio ofrecían 500 millones de pesos a quien matara al general Maza (...). ¿Cómo creen que yo iba a ser amigo del que está ofreciendo dinero para matarme?”, cuestionó. Maza dice que el propio Galán pidió los cambios en su esquema de seguridad, niega haber conocido a Torregrosa –en cuyo nombramiento, asegura– no tuvo nada que ver. “Yo sobreviví a cinco atentados, pero este es el peor de todos, porque este es un atentado contra mi honra, contra mi salud; me están matando en vida”.
1. Vínculos con los ‘paras’ que perpetraron el crimen
La Corte explica así la aparente contradicción de que el general Maza se hubiera prestado para un plan criminal de Pablo Escobar, capo que lo había condenado a muerte: su tesis es que el Director del DAS tenía estrechos vínculos con los ‘paras’ del Magdalena Medio, de los que hacía parte Jaime Eduardo Rueda Rocha, el sicario que mató a Galán.
“El proceso acredita con suficiencia que el acusado tejió estrechos vínculos con Henry de Jesús Pérez Durán, comandante de ese grupo, pues no solo se reunió con este en múltiples ocasiones, sino que claramente dejó de perseguir a sus integrantes en la región que dominaban (...). Además, les facilitó información sobre operativos que las autoridades iban a adelantar en su contra”.
Un hermano de Pérez confirmó esa relación. También, ‘Vladimir’, el asesino más temido de Pérez. La sentencia dice que Maza supo de la llegada del mercenario Yair Klein al país y que, incluso, ayudó a llevarlo a Puerto Boyacá, donde entrenó a la gente de Pérez. A esos cursos asistió el detective Orlando Monroy, alias Trapero, quien después fue escolta de la madre del general Maza.
2. Nombró como jefe de escoltas a un expolicía poco confiable
Maza afirmó que el propio Galán le pidió que cambiara a su jefe de escoltas, Víctor Julio Cruz, y que por eso se nombró a Torregrosa.
Pero aunque esto fuera así, nada explica por qué el DAS nombró a Torregrosa. En su hoja de vida aparecía que “le figura un sumario en el Juzgado 57 de Instrucción Penal Militar por sindicación de homicidio en la persona del menor A. I. B. A., dentro del cual el 22 de octubre de 1969 se le dictó auto de detención, y le figuran anotaciones como represión severa, 76 faltas contra el servicio, suspendido en el ejercicio de funciones y atribuciones. Por tener tendencia a la cleptomanía debe observársele”.
Aún así, y sin tener la menor experiencia en protección, llegó al esquema de Galán. El día del atentado debilitó aún más la seguridad enviando a dos de los detectives a otro municipio, no acompañó al protegido en la tarima, como era su deber (su lugar lo ocupó Santiago Cuervo, escolta que murió junto a Galán), y después del ataque no reaccionó para llevar al candidato a donde pudieran intentar salvarle la vida. Además, intentó convencer a los escoltas de firmar un reporte falso sobre el despliegue de seguridad en Soacha.
3. ‘Maza sabía del atentado inminente’
El expediente dice que el cartel de Cali, que estaba en guerra con el de Medellín, grabó a Escobar y al ‘Mexicano’ hablando del atentado contra Galán y que le hicieron llegar al Director del DAS esa información a través de dos vías.
Una fue el asesinado abogado Rommel Hurtado, quien se reunió con Maza Márquez, y el otro emisario fue Jorge Barco, hermano del presidente Virgilio Barco.
Miguel Rodríguez Orejuela, capo del cartel de Cali, testificó sobre estos hechos y dijo que “Galán murió sin que el DAS u otra autoridad hubiera hecho algo para evitarlo”.
La Corte dice que “Maza conoció previamente del atentado que se fraguaba contra Galán y, sin embargo, su reacción fue designar a Torregrosa”, de quien dice que era la garantía de que el complot tendría éxito en Soacha.
4. ‘Desvió la investigación y enredó a inocentes’
La Corte dice que “se demostró que tras el homicidio del líder, Maza Márquez desvió la investigación frente a sus verdaderos autores materiales”.
Aunque Maza siempre señaló al cartel de Medellín, de donde ciertamente partió la orden criminal, el DAS y la Dijín llevaron a cabo la sonada detención de Alberto Hubiz Jasbún (a quien el Director del DAS conocía desde años atrás) y otros inocentes a los que se señaló como autores materiales del crimen y que terminaron absueltos.
El Consejo de Estado condenó a la Nación por ese ‘falso positivo’ judicial, y tanto Maza como el general Óscar Peláez Carmona, director de la Dijín, fueron condenados a responder solidariamente por el valor de lo que tendrá que pagar el Estado como indemnización.
No hay comentarios:
Publicar un comentario