La empresa que le apuesta a hacer sus zapatos con energía solar
La empresa de calzado Bosi es apenas un ejemplo de lo que cientos de compañías vienen haciendo por el medioambiente en el país.
Sus directivas decidieron que era el momento de apostar por el uso de energía limpia, más como un compromiso con el medioambiente que por buscar beneficios económicos, aunque a la larga saben que los conseguirán.
Sus directivas decidieron que era el momento de apostar por el uso de energía limpia, más como un compromiso con el medioambiente que por buscar beneficios económicos, aunque a la larga saben que los conseguirán.
Instalaron en el techo de su planta de producción en Itagüí, Antioquia, 348 paneles solares que les permiten ahorrar entre el 20 y el 22 por ciento de la energía que requieren para la elaboración de calzado.
Invirtieron 450 millones de pesos, recursos que provinieron en su totalidad de un crédito bancario, comenta María Cecilia Toro, directora de Negocios Sustentables de Bosi, quien dice que, luego de ocho meses de operación del sistema, los resultados están en línea con lo propuesto por la firma Ingeniería Renovable de Colombia, de propiedad de un grupo de jóvenes emprendedores que los asesoran en esta iniciativa.
(Le puede interesar: Billonaria apuesta de la banca en el país por un ambiente libre de CO2)
“Sabemos que el retorno de esta inversión no será en el corto plazo, quizás se verá en unos 10 años, pero nos satisface el hecho de saber que estamos reemplazando el uso de una energía producida por turbinas por otra mucho más limpia, sin que esto altere nuestra producción porque los paneles solares alimentan nuestra subestación de energía”, explica la directiva.
Pero las iniciativas van en todas direcciones y en distintos frentes. A las entidades llegan cada día solicitudes para financiar plantas de tratamiento de aguas residuales, cambios de iluminación tradicional a led, instalación de filtros para mejorar la emisión de gases de efecto invernadero.
Doris Arévalo, gerente de Flujos Globales de Bancóldex, comenta que en materia de movilidad, la Línea Desarrollo Sostenible financió la entrada y puesta en operación de los taxis eléctricos de Bogotá.
También, la puesta en circulación de los llamados buses híbridos o eléctricos del Sistema Integrado de Transporte Público (SITP) de Bogotá. Todos los buses azules del sistema y los rojos que van por la carrera 7.ª de la capital del país ruedan gracias a recursos provenientes del Clean Technology Found, un fondo internacional, así como del Banco Interamericano de Desarrollo, en los que participan los gobiernos de los países desarrollados firmantes del Protocolo de Kioto.
La financiación se logró debido a que son con una menor emisión de gases CO2; son más costosos, pero tienen un retorno interesante para los operadores del SITP.
Otra de las industrias que acuden con frecuencia a estos recursos de financiación es la agroindustrial, que está en un proceso de modernización de sus sistemas de riego por unos más eficientes que permitan maximizar el uso del agua.
Empresas que estén desarrollando o vayan a implementar proyectos de energía renovable (energía solar, eólica, cogeneración con biomasa e hidroelécricas pequeñas) cuyo costo sea de más de 10 millones de dólares pueden solicitar apoyo de forma directa a la CAF.
Para proyectos que requieran recursos inferiores a 5 millones de dólares, las empresas deben hacer la solicitud por medio de los bancos privados.
Invirtieron 450 millones de pesos, recursos que provinieron en su totalidad de un crédito bancario, comenta María Cecilia Toro, directora de Negocios Sustentables de Bosi, quien dice que, luego de ocho meses de operación del sistema, los resultados están en línea con lo propuesto por la firma Ingeniería Renovable de Colombia, de propiedad de un grupo de jóvenes emprendedores que los asesoran en esta iniciativa.
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“Sabemos que el retorno de esta inversión no será en el corto plazo, quizás se verá en unos 10 años, pero nos satisface el hecho de saber que estamos reemplazando el uso de una energía producida por turbinas por otra mucho más limpia, sin que esto altere nuestra producción porque los paneles solares alimentan nuestra subestación de energía”, explica la directiva.
Pero las iniciativas van en todas direcciones y en distintos frentes. A las entidades llegan cada día solicitudes para financiar plantas de tratamiento de aguas residuales, cambios de iluminación tradicional a led, instalación de filtros para mejorar la emisión de gases de efecto invernadero.
Doris Arévalo, gerente de Flujos Globales de Bancóldex, comenta que en materia de movilidad, la Línea Desarrollo Sostenible financió la entrada y puesta en operación de los taxis eléctricos de Bogotá.
También, la puesta en circulación de los llamados buses híbridos o eléctricos del Sistema Integrado de Transporte Público (SITP) de Bogotá. Todos los buses azules del sistema y los rojos que van por la carrera 7.ª de la capital del país ruedan gracias a recursos provenientes del Clean Technology Found, un fondo internacional, así como del Banco Interamericano de Desarrollo, en los que participan los gobiernos de los países desarrollados firmantes del Protocolo de Kioto.
La financiación se logró debido a que son con una menor emisión de gases CO2; son más costosos, pero tienen un retorno interesante para los operadores del SITP.
Otra de las industrias que acuden con frecuencia a estos recursos de financiación es la agroindustrial, que está en un proceso de modernización de sus sistemas de riego por unos más eficientes que permitan maximizar el uso del agua.
Empresas que estén desarrollando o vayan a implementar proyectos de energía renovable (energía solar, eólica, cogeneración con biomasa e hidroelécricas pequeñas) cuyo costo sea de más de 10 millones de dólares pueden solicitar apoyo de forma directa a la CAF.
Para proyectos que requieran recursos inferiores a 5 millones de dólares, las empresas deben hacer la solicitud por medio de los bancos privados.
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